He hecho un experimento tonto,
pero creo que me ha salido medio-bien. Rescato este texto que escribí en
Febrero de 2009 (hace más de cinco años) sobre el conflicto israelí-palestino y
que por aquella época acababa de vivir otro aumento excesivo de violencia y sin
razón. En él analizaba como mucha gente opina y desopina del mismo en España dejándose llevar sólo por su ideología política y, si os dais cuenta,
puede aplicarse ahora mismo como con papel de calcar (en especial en el tema de los medios de comunicación). Aquí os lo dejo:
EL CONFLICTO ENTRE ISRAEL Y
PALESTINA NO ACABÓ HACE UNAS SEMANAS (22 de Febrero 2009)
Somos un país al que le gusta la
polémica. Piénsenlo. Cualquier tema con fuerza que esté en el escaparate
público puede haber salido de una polémica o causarla a posterior. Ejemplo más
reciente: el conflicto entre Israel y
Palestina.
Más allá de los más/menos especialistas
en el tema, parte de la sociedad movida por la presión de la opinión pública,
los medios de comunicación y los políticos acaba posicionándose en este
conflicto hacia uno de los bandos y, sobre todo, especialmente en contra de la
parte que apoya al bando contrario.
Si usted lector, tiene una idea
apolítica, neutral y formada propiamente, bienvenido. Si es de izquierdas,
apoya a ultranza al pueblo palestino o cree que Israel es el maligno
personificado en la tierra como país que no tiene derecho a serlo, que sepa que
no tiene ni idea. Si por el contrario, es de derechas o simplemente se siente
identificado con el pueblo israelita y cree que lo que ha sufrido Palestina en
la última ofensiva es lógico y merecido, basándolo en la existencia de los
terroristas de Hamás, que sepa que tampoco se entera de nada. Dos grupos de desinformados,
o de parcialmente informados.
Como en España nos encanta la
polémica, pues que mejor que de un conflicto bélico que ni nos va ni nos viene
(directamente como nación) saquemos un enfrentamiento entre nosotros. Los que
apoyan a Hamás, los ‘progres’, se alterarán ante mi afirmación y replicarán que
todos los conflictos bélicos del mundo nos afectan. Pero que enumeren guerras
en el mundo en las que sepan que está sucediendo y a quién apoyan allí. Además,
la teoría de que estos últimos ataques los comenzó Israel, cierto, es una razón
interesada y vista con un prisma muy cerrado.
Este conflicto que nació en 1948
(y que tiene precedentes necesarios de su conocimiento mucho antes) hace
imposible que a estas alturas se pueda quién, cómo y de qué forma tiene más
culpa en una historia sin razón y coherencia de la que, además, la sociedad
internacional también tiene su aportación negativa. Con germen en la Primera
Guerra Mundial, pasando por la Segunda y el Holocausto, las guerras por el
Canal de Suez, la de los Seis Días, las
Intifadas y las resoluciones inservibles de la ONU, llegamos a una cifra
superior a 50.000 muertos en total desde su comienzo.
Por tanto, ¿qué necesidad existe
de posicionarse de un lado u otro, o ir en contra de lo que opine aquí el
gobierno o la oposición sobre el tema sólo por ese simple hecho? Por ejemplo, antes de que existiera Hamás ya
había guerra allí. ¿Cuánto sabemos la mayoría de los que opinamos de la
situación como para decantarnos con seguridad? Pues ni más ni menos que lo que
quieren los políticos y los medios de comunicación.
El ‘efecto Guadiana’ tan
habitual en los periódicos y televisiones, muestra como hace un mes los ataques
de Israel y todo lo que lo rodeaba era el tema habitual en tertulias y editoriales
para, posteriormente con el fin de los mismos (que no de la violencia en la
zona), pasar sin pena ni gloria por las páginas de internacional o los
telediarios de la tele, siendo ahora tema menor la formación del gobierno en
Israel. Lo lógico serían menos discusiones entre nosotros por lo de fuera, que
bastantes problemas tenemos con la crisis económica, etc. Lo de Israel y
Palestina ni San Obama puede arreglarlo (ojalá me equivoque). Es un problema
que, desgraciadamente, se resume en muertos y ataques, pero en el que hay mucho
más.